En los tiempos modernos, todos podemos disfrutar de las ventajas de los juegos y el entretenimiento de alta calidad en el hogar. Sin embargo, en épocas anteriores simplemente no era posible acceder a su casino en línea favorito de esta manera, lo que significaba que las personas generalmente tenían que hacer un largo viaje a una ubicación específica de la ciudad para disfrutar jugando juegos de casino populares.

Un casino spa junto al mar

Los primeros casinos exitosos se desarrollaron como complemento de los estilos de vida de spa que las clases más ricas de Europa comenzaban a adoptar. Durante el siglo 19th, las ciudades con acceso conveniente a recursos naturales sanitarios se hicieron muy populares entre los acomodados. A menudo ocupando lugares costeros pintorescos y exclusivos, estos efectivamente se convirtieron en los primeros destinos turísticos, y estaban destinados principalmente a atender a los ricos y famosos, especialmente a los miembros de familias aristocráticas.

A medida que esta forma de turismo continuó evolucionando, se hizo cada vez más claro que los casinos eran una parte importante de la mezcla. En particular, el estado de los mejores casinos era tal que, aparte de los placeres del juego de casino en sí, los clientes ricos los consideraban como centros sociales en los que era importante ver y ser visto. Entonces, por todas estas razones, el casino en Montecarlo pronto se convirtió en un destino icónico para la realeza y las figuras de la alta sociedad de todo tipo. Y a pesar de que la sociedad moderna ahora es mucho más inclusiva, el prestigioso Casino de Montecarlo nunca ha realmente perdido su reputación como un lugar por excelencia para los famosos y acomodados.

La influencia de Grimaldi

El desarrollo de Monte Carlo Casino como un famoso complejo de juegos de azar y entretenimiento en Mónaco debe mucho a los esfuerzos de la princesa Caroline, esposa del príncipe Florestan 1. Una mujer astuta con una mentalidad empresarial aguda, vio el potencial inherente de construir un casino de juego basado en el exitoso casino que operaba en la pequeña ciudad balneario independiente de Bad Homburg. Esta fue una iniciativa particularmente bienvenida durante los primeros 1850, un momento en que las finanzas de la Casa de Grimaldi tenían una gran necesidad de tal impulso.

Después de su apertura en 1856, la empresa de casinos costeros inicialmente tuvo algunas dificultades para atraer a jugadores ricos en cantidades suficientes para que el negocio fuera viable y rentable. Pero las cosas mejoraron gracias a una combinación de circunstancias. Por ejemplo, un enlace ferroviario directo entre Mónaco y París a fines del siglo 19th ayudó a que el casino fuera más accesible para los viajeros europeos, y el apoyo activo de la familia real de Mónaco llevó a la visita de otros aristócratas influyentes, como miembros del emperador francés. La familia de Napoleón y la monarquía rusa.

A finales de 1860, cuando el Príncipe Carlos de Mónaco todavía reinaba, el Casino Monte Carlo estaba en auge y, por lo tanto, contribuía con grandes sumas de impuestos a la floreciente economía del país. Las cosas se volvieron un poco más inciertas al momento de la adhesión del Príncipe Alberto cuando, en 1891, amenazó con cerrar el casino. Sin embargo, el destino una vez más jugó un papel cuando ruletaEl inglés Charles Deville Wells apareció en el casino y procedió a "romper el banco" varias veces, ganando alrededor de £ 40,000 en el proceso. Los periódicos del día publicaron historias constantes que relataban detalles de la hazaña que el compositor Fred Gilbert también celebró con su popular éxito de music-hall titulado 'El hombre que rompió el banco en Monte Carlo' (lanzado por primera vez en 1898).

Una joya arquitectónica

El edificio original del casino se sometió a algunas primeras etapas de reubicación, seguido de un desarrollo y mejora considerables. En la actualidad, el casino de Mónaco y sus alrededores ahora se conoce como la Place du Casino. Esta área central se caracteriza por la arquitectura Belle Époque, hoteles elegantes y casinos glamorosos, con el original Casino Monte-Carlo inmediatamente reconocible por su par de torretas icónicas. Además de su espectacular fachada, este edificio también tiene un elegante interior dorado e incorpora la Salle Garnier, un palacio palaciego de ópera. En otros lugares, la plaza está generosamente decorada con estatuas y fuentes, y el Café de Paris iluminado con luces de neón es un lugar favorito para los visitantes que esperan ver invitados famosos que van y vienen al cercano Hôtel de Paris Monte-Carlo, que ha tenido tantos mecenas famosos a través de los años. Y cerca, la impresionante Catedral de San Nicolás, resplandeciente en una suntuosa piedra caliza francesa, permanece como una elegante tumba y monumento a los monarcas Grimaldi de Mónaco.

Un lugar para los famosos

Si bien el aire de lujo y elegancia de Mónaco siempre ha atraído a visitantes importantes, esta tendencia pareció acelerarse a principios del siglo XX cuando la nobleza rusa como el Gran Duque Boris y el Gran Duque Dimitri eran visitantes habituales. Y además de la aristocracia, Montecarlo también fue un imán para figuras culturales como el empresario de ballet Serge Diaghilev, además de una gran cantidad de estrellas de cine como Cary Grant, Rita Hayworth y Errol Flynn, por nombrar solo algunos. Políticos eminentes como Winston Churchill, que pasó sus inviernos en Mónaco en el Hôtel de Paris, también disfrutaron del prestigioso ambiente de este tranquilo y soleado balneario costero.

Quizás el evento más memorable en la historia reciente de Mónaco ocurrió en 1956 con la lujosa boda de cuento de hadas del Príncipe Rainiero con la bella actriz Grace Kelly. Esta pareja pronto se asoció con el trabajo de caridad internacional, y más especialmente con el evento anual Gala de la Cruz Roja de Mónaco, que recauda millones de libras por el buen trabajo de esta organización. La pareja bien emparejada disfrutó de una feliz vida de casados ​​hasta la trágica muerte de la princesa Grace en 1982 como resultado de un accidente automovilístico.

Mónaco en la pantalla plateada

No es difícil entender por qué la arquitectura y los edificios de Mónaco a menudo han aparecido en la pantalla grande y en otros lugares de la cultura popular como símbolos de romance y estilo elegante. Tres thrillers de espías de James Bond, 'Dr. No '(1962),' GoldenEye '(1995) y' Never Say Never Again '(1983) se han ambientado en Montecarlo, y el casino también actúa como lugar de rodaje de la película Ocean's Twelve de 2004. Y ya en 1936, la película clásica 'The Story of a Cheat' también presentaba el Casino de Montecarlo, al igual que 'The Red Shoes' (1948) y 'To Catch a Ladrón'(1955). La 'Bahía de los Ángeles' (1963) fue otra historia inspirada en Mónaco sobre la desgracia de los juegos de azar, mientras que 'Monte Carlo o Bust'. (1969) fue una aventura más descabellada que hizo referencia a una comedia de carreras de motor y un viaje de apuestas por Europa al famoso principado.

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